Actualmente, el dióxido de carbono es sinónimo de enfermedades y contaminación, pero es porque no vivimos en equilibrio con la naturaleza.
Todo exceso es malo, incluso de las cosas buenas o neutras. Lamentablemente, el CO2, un gas completamente natural y neutral que exhalamos los humanos y otros seres vivos, se ha vuelto en nuestra contra debido a que nuestros autos y fábricas lo expulsan en grandes cantidades.
Si no fuera porque tenemos al CO2 tan satanizado, podríamos utilizarlo de maneras totalmente beneficiosas para nuestro diario vivir, por ejemplo, para cultivar algas como fuente de energía renovable, conservar las ensaladas, limpiar los alimento de los insectos o para fabricar cemento más sostenible. Actualmente, lo utilizamos en los extintores de incendios.
El mal del dióxido de carbono es que no hemos sabido equilibrar nuestra existencia y nuestros inventos con la naturaleza. Si bien ahora debemos luchar para disminuir las emisiones de CO2, tenemos que mentalizarnos que no es algo malo en sí, si no que es uno de los muchos regalos de la naturaleza y que incluso nos puede ser muy útil utilizado en su justo medio.
Y no solo con el CO2, hay muchos recursos naturales que explotamos indiscriminadamente, incluso sin necesidad, lo que está destruyendo al mundo, a nuestro único planeta, que nos recibe y cobija.
Necesitamos interiorizar la palabra clave: equilibrio. Si todos los humanos estuviésemos equilibrados, no estaríamos lamentando la sobre explotación constante de los recursos naturales, las enfermedades producidas por las emisiones de las fábricas, el consumismo desesperado, ni si quiera la desigualdad social que golpea a todos los países del planeta.
El equilibrio lo conseguimos haciendo todo en justa medida, cada cual tiene su propio equilibrio, y debemos encontrarlo. Así como es tu actitud, así será el mundo. Como dice un hermoso proverbio chino: “Si hay luz en el alma habrá belleza en la persona, si hay belleza en la persona habrá armonía en la casa, si hay armonía en la casa habrá orden en la nación, si hay orden en la nación habrá paz en el mundo”.
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